jueves, 1 de mayo de 2014

La melodía olvidada.

Tarde nublada, el Sol había muerto y las gotas de lluvia se suicidaban en el cristal, tarde de melancolía y olvido.
Me senté en el piano para olvidar los lúgubres recuerdos de tu falta.
Acaricié las teclas del piano con las yemas de mis dedos, estaban heladas, el frío se propagó por todo mi cuerpo dejándome en imposible todo intento de desempolvar tu melodía. Comencé a deslizar mis dedos en busca de alguna canción, pero tropezaban en las teclas, sólo hacía sonar disonantes melodías, paré y me quedé allí sentada frente al piano sin hallar la respuesta a aquellas desafinadas notas. Me levanté y salí fuera a ver cómo llovía, no tenía bastante con verlo desde la ventana. Notaba como las gotas besaban mi piel y el viento acariciaba mi alma, extendí los brazos para que las gotas bailaran libremente en mi cuerpo, me sentía libre.
Entré para adentro y me sequé junto al fuego observando como la llama de la chimenea se consumía, aquello me hizo pensar. Me puse en pie y fui a por la guitarra, hacía tanto que no la cogía, pero cuando coloqué mis dedos en las cuerdas no podía evitar el añoro de tu calor cuando posabas tu mano sobre la mía y se fundían en una sola en los trastes, mientras que tus labios conocían mi cuello.
Dejé el instrumento y me quedé allí frente a la chimenea viendo como poco a poco se consumía la luz hasta quedarme en una absoluta oscuridad, echando en falta tu melodía.

No hay comentarios:

Publicar un comentario