Recuerdo que todo empezó por las muñecas, para probar; al notar que era una sencilla forma de huir continuó con las piernas, y de ahí siguió hasta su vientre.
Se acariciaba las cicatrices, mientras veía la vida pasar entre analgésicos, golpes y psicólogos. No la entendían, el viento no soplaba a su favor.
Poca era la atención que recibía en su des estructurada familia, su padre alcohólico las abandonó hace ya dos años y su madre nunca estaba en casa, trabajaba día y noche. Al ser hija única siempre estaba sola en casa, y nada ni nadie controlaba lo que hacía, nadie le paraba los pies. No iba al instituto, se saltaba las clases y se iba a la estación de tren, por el andén solía saltar de charco en charco, de dilema en dilema. Allí se encontraba con su única amiga Lara, la cual tenía serios problemas con las drogas. Un día, como otro cualquiera le ofreció para consumir, esperando a que dijese que no como de costumbre, Lara ya retiraba la bolsita pero entonces, Carla le agarró la muñeca incitándole a que le diera, ya todo le daba igual. Ese mismo día, una fría noche de abril, desmontó su último sacapuntas.
Mareada, se sació con los brazos, envolviendo cada vena por fuertes marcas. Había sangre por todos lados; ya tenía cerca el afilado cuchillo, cada vez los cortes más profundos, dolorosos... Mortales.
Con sus últimos alaridos escribió estas palabras:
-Lo primero mamá quiero agradecerte tanto tiempo a mi lado, tranquila no llores ahora estaré bien, me cuidará la abuela. Esto no podía evitarse, durante estos años me he dado cuenta que no importa como seas, lo que realmente valora la gente es el exterior.
He intentado ser fuerte pero, lo siento
Fdo: Carla
Poco después a las 2:04 am, murió desangrada.
Nadie la recordó, pues ninguno consiguió sobrevivir a la garras de la Parca.
Sola hasta el último momento porque... ¿Quién iba a querer a la chica de las muñecas cortadas?
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