Las luces de frenado rojas bañan las gotas que resvalan en la luna del coche. El ruido de la lluvia se convierte en la banda sonora de esta tarde.
Un café amargo encierra cualquier esperanza de borrar las caras largas, y tú, coraje para el león, me traes la tormenta a la almohada. ¿Y la calma? Mi cama no está para cuentos de hadas, ven y haz que el tiempo se pase a contrarreloj. Hazme volar, tocar lo imposible con las yemas de los dedos, aterrizar en un siempre, columpiarme en un ojalá.
Olvidate de los prejuicios, de los modales, ven, seamos animales. Perdamos el juicio, no quiero cursiladas, sólo marcas, gloria, libertad y ganas.
Juguemos a formar constelaciones, a navegar entre risas, invoquemos a los dioses, seamos exploradores.
Rompeme las costuras, yo te rompo las inseguridades, abrázame fuerte, no me sueltes, creo que me voy a caer.
Los monstruos y demonios bailan al son de nuestras respiraciones, como en una autovía, los electricidad circula por tus pupilas, ¡esto sí que es poesía!
Pintaré las paredes de color verte, construiré castillos en el aire, besaré treinta y tres labios, hasta que acierte.
Juguemos a ser irresponsables, indomables, pisando fuerte, frente a frente con la mala suerte.
Tira los dados, la suerte está echada, hoy no hay tregua en tu cama, guerra de almohadas, bandera blanca, ¿te rindes?
Saca toda la artillería pesada, la noche comienza, las ganas aumentan, las camisas se rompen, hoy vamos a dar el golpe.
Nos dejaremos del revés, con las neuronas en los pies, ven, vamos a hacerlo otra vez, no te pongas serio, esto no es ajedrez. No tiene instrucciones, no hay perdedores, auto evaluaciones, ni credos. Más bien habla de revoluciones, revolución de los sentidos, mecánica de individuos que se complementan, oda a la felicidad, deja a un lado tu integridad moral.
Tapaos los oídos, encerrad a los niños, vamos a jurar en vano, rezar a las hadas, metamorfósis, despleguemos las alas, hoy vamos a volar; atrapar las ganas de gritar, resurgir de lo incomprensible, quemar todo lo que es inservible.
Hoy, aquí, te digo: que eres innecesariamente imprescindible.
Hoy, aquí, te digo: que sobran las palabras cuando faltan besos.
...
Hoy... Aquí... Te digo: que no hay droga más fuerte que las ganas de verte.
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