miércoles, 25 de noviembre de 2015

MANIFIESTO CONTRA LA VIOLENCIA DE GÉNERO.

Insultos, vejaciones, malas contestaciones. Forcejeos; un tira y afloja.
Lágrimas de dolor y opresión. Un vaso vacío y una flor marchitada.

Así comenzó esta historia. Un laberinto sin salida vigente, una pesadilla de noche y de día.
Nunca llegarías a pensar que la persona que estaba a tu lado, día a día, se convertiría en una auténtica bestia sin lógica ni corazón. Una bestia desalmada que descargaba toda su rabia, sus problemas, complejos y desprecios contra ti.

Pensabas que te quería, pero, amiga, quien te quiere no te agrede.

Cada vez era peor. Las caídas más duras, los golpes más fuertes; sin derecho a un interludio para buscar la salida a aquella obra de terror. Ningún maquillaje podía esconder la verdad oscura que tristemente recibías al entrar en casa.

Soñabas con salir volando, pero te cortó las alas.
Querías pedir ayuda, pero te amordazó.
Quisiste huir, pero te retuvo con sus cadenas.

Te sentías vacía, anulada, infravalorada, un muñeco vudú al que, día tras día, le iban clavando más y más agujas. Temías que tu historia se convirtiera en noticia que abriese los telediarios.


Pero un día, la fuerza y la rabia se hicieron mujer.
Te quitaste la máscara y le plantaste cara al miedo. Rompiste las cadenas y te arrancaste la mordaza. Al grito de “NI UNA MÁS”, tu voz se proclamó como arma de destrucción masiva.

Aguantaste demasiado, pero por fin todo ha acabado.
La bestia entre rejas, y tú ya puedes tocar la libertad con las manos.


¡FELICIDADES, COMPAÑERA!



No hay comentarios:

Publicar un comentario