Los centímetros que nos separaban se fueron desvaneciendo, y ya eran milímetros el hueco que había entre nuestros labios, notaba el latir de su corazón contra mi pecho, si no fuera por eso nunca creería que fuese real... Contuve la respiración por unos segundos, lo miré y el cerró los ojos, sabía que es lo que buscaba pero, besarle sería mi perdición, me había costado tanto apartarlo de mi camino...
Se dirigió a mi oído:
- Te echaba tanto de menos, tu melena oscura, tu carmín rojo, tus ojos fríos, los hoyuelos que forman tu sonrisa, lo necesitaba... Te necesitaba -Dijo entre susurros.-
Dirigí mi dedo hacía su boca, parando en seco sus palabras:
-Shh... A este momento no le hacen falta motivos ni razones. -Dije con voz suave.-
Al momento me perdí en el huracán de su boca.
